Es inevitable que un porcentaje de cualquier aparato electrónico de consumo fabricado de forma masiva tienda a fallar, y que al usuario le salga rana. Y los que matamos marcianos de forma compulsiva tenemos en la retina de la memoria el tristemente conocido anillo rojo de la muerte de la Xbox 360, que al final resultó ser un fallo masivo de muchísimas consolas, y aunque Microsoft siempre tiró balones fuera, en la mayoría de los casos se ha solucionado la susodicha incidencia con una ampliación de la garantía; a día de hoy, el porcentaje de consolas de Microsoft que se mueren está cayendo en picado, y los últimos cambios de hardware de la maquina están reduciendo aun más si cabe las posibilidades de que el usuario se quede sin Xbox 360. La cuestión es que, digan lo que digan desde Redmon, cuando hay tantas consolas que fallan no se puede hablar de un fallo puntual y no habitual.
Por eso no puedo evitar pensar en el caso del anillo rojo de la muerte de la Xbox 360 cuando me topo con este estudio en el que se demuestra que el número de PlayStation 3 que se mueren está creciendo en el Reino Unido. La PS3 muestra en este caso un luminoso amarillo en la carcasa (en la imagen) que significa me he muerto; por eso a la indicencia se le llama luz amarilla de la muerte, en una clara alusión a Xbox. Se trata, según el estudio, de 12500 consolas de los 2 millones que se han vendido en dicho país del modelo de 60GB, y que si se han superado los 12 meses desde la compra, el usuario debe abonar 128€ a pesar de que la ley indica que las reparaciones dentro de los 24 meses son gratuitas.
Nótese que se trata solamente del modelo de 60GB, que ya no se fabrica, y que todos los casos mencionados corresponden a las primeras unidades de la consola, en el país que sirvió de catapulta de ventas del nuevo modelo Slim. Sería interesante comprobar si el otros países ocurre lo mismo, con el mismo modelo, y el trato al usuario es el mismo. Evidentemente, Sony afirma que no se trata de un fallo masivo, y es que la compañía no está en condiciones de hacer frente a una ampliación de garantía que le costaría millones de dólares, como tuvo que costear en su momento Microsoft. Ya veremos.