Acertamos: Konami se desvincula de Six Days in Fallujah porque no tiene criterio propio

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Hace escasos días os explicamos que Konami podría replantearse el lanzamiento de Six Days in Fallujah porque el juego no era bien visto por mucha gente, cuando todo el mundo apuntó que la desarrolladora estudiaba retrasar el lanzamiento en algunas regiones una vez se comprobase que efectivamente, el título era demasiado crudo, polémico o llamadlo como queráis. Pues bien; al parecer acertamos, y Konami no lanzará Six Days en Fallujah. Por ahora Atomic Games se tendrá que buscar otra compañía para que lance el videojuego, lo que implica que el título, hasta el momento, no ha sido oficialmente cancelado, pero ha perdido un importantísimo pilar para su publicación.

Nos atribuímos el éxito del acierto no por la cancelación del proyecto en sí por parte de Konami, sino porque, como apuntamos, el mundo de los videojuegos está cogiendo unos colores que no son los convenientes. Y es que la cancelación del proyecto viene motivado porque hay mucha gente que la temática y la ambientación de Six Days en Fallujah no le gusta, cuando el proyecto se encontraba todavía en una fase muy temprana y cuando sus detractores no tienen ni la más remota idea de videojuegos.

La cuestión parece estar en que la contienda de la batalla fué tan cruenta que hay quien considera que no es la apropiada para llevar a un videojuego. Y son precisamente estas voces las que se olvidan que en el mercado hay muchos juegos basados en la guerra de Vietnam o en la Segunda Guerra Mundial, conflictos los cuales pueden equipararse perfectamente a lo que sucedió en Fallujah, y nadie se ha quejado hasta el momento. A esto se le llama doble moralidad.

Y volviendo al acierto en cuestión, la cancelación de Six Days in Fallujah podría sentar un precedente en la industria, y a partir de ahora las desarrolladoras podrían empezar a cancelar proyectos si alguien los considera inapropiados. Sería el colmo. Los videojuegos supeditados a las opiniones de quienes no son ni accionistas de las compañías, ni expertos en videojuegos, y que en la mayoría de los casos, no han probado un juego en su vida; desarrolladores pidiendo permiso para lanzar nuevos juegos intentando esquivar una cesura previa. Venga hombre.