A estas alturas cualquier videojugador que se precie se habrá enterado que Namco Bandai retiró a a Bottlerocket el desarrollo de Splatterhouse, segun la editora, porque no estaban a la altura de las circunstancias. La reacción de la desarrolladora ha sido acusar a Namco de ineptitud, y Namco ha respondido con su argumento incial, que el problema es de rendimiento y en fin, las cosas han terminado mal entre las dos empresas y con un contrato de por medio que mientras unos dicen que han respetado a rajatabla, otros dicen que no estaban a la altura de lo esperado.
Hasta que no se sepan -si se saben- los entresijos del asunto no estoy en posición de opinar, pero hay algunos detalles que sí creo que vale la pena comentar. Y es que no deja de ser curioso que una compañía se de cuenta de que sus socios no son competentes cuando ya llevaban 18 meses metidos en faena. Y no deja de ser curioso que los responsables de la franquícia quiten el proyecto a los desarrolladores cuando éste ya se encontraba en su fase final. Puede que a la vista de la editora Splatterhouse fuera un mal producto y/o mal acabado, pero que se den cuenta de eso poco antes de su lanzamiento y 18 meses después de que la desarrolladora trabaje en él, da que pensar.