Peter Moore, actualmente en EA Sports y anteriormente responsable de hardware de Xbox360 y de Dreamcast, ha concedido una entrevista al diario inglés The Guardian en la que ha contado algunas de las interioridades del ascenso y la caída de Dreamcast, la última consolade Sega.
Tuvimos 18 meses tremendos. Dreamcast se vendía bien y realmente pensamos que podíamos lograrlo. Pero entonces desde Japón nos dijeron que teníamos que ganar x cientos de millones de dólares antes de Navidad y vender x millones unidades de hardware o no podríamos mantener el negocio»
Así que el 31 de enero de 2001 anunciamos que Sega dejaba de fabricar hardware. Estábamos vendiendo 50.000 unidades diarias, después 60.000, después 100.000… pero no iba a ser suficiente para convencer a la masa crítica y conseguir plantar cara al lanzamiento de PS2. De alguna manera fui yo quien tuvo que tomar esa decisión, no los japoneses. Tuve que despedir a mucha gente. No fue un día agradable»
Había mucho en juego. Sega tenía la opción de inyectar más dinero y acabar en bancarrota, así que decidieron que preferían vivir para luchar otro día»