De los muchos detalles que están trascendiendo alrededor de Assassin’s Creed 2 hay uno que me llama poderosamente la atención, pero por el momento no se si este hecho es bueno o es malo; resulta que la productora Jade Raymond al frente de la primera entrega no tiene vinculación alguna con la segunda parte.
Cuando salió Assassin’s Creed, se montó una majestuosa campaña de promoción abanderada por la susodicha, que se pateó medio mundo alabando las bondades de un título que, una vez ejecutado un par de horas, y a pesar de ser técnicamente muy bueno, terminaba aburriendo. De esto muchos nos dimos cuenta cuando probamos el juego final, y poco después de que mucha de la prensa especializada le diese más importancia a Raymod y a su belleza y atractivo que al título que producía; toda una maniobra que dicho sea de paso, a los interesados les salió bien, pero que por otra parte, ahora es cuando los que en su momento me preguntaron atónitos “Como? No quieres entrevistar a Jade Raymond?” imagino que entienden el porqué. Porque a un servidor le importa más el producto, que el envoltorio, aunque si éste viene de regalo bienvenido sea, siempre y cuando sea un vehículo de venta, que no el motivo de su venta.
A la postre, entiendo que en Ubisoft han comprendido que el diseño y la técnica incluida en un juego no lo son todo. Como tampoco lo es todo quien lo presente y promocione. De hecho ahora todo el mundo habla de Assassin’s Creed 2, pero casi nadie habla de Jayde Raymond. Porque a la postre, lo que cuenta es el producto, y no su envoltorio. Y los humanos, a veces aprendemos a base de tragarnos huno y comprar motos, pero los palos, en el mundo videojueguil, los recibimos una vez en la mayoría de casos, pero raras veces repetimos.
