Killzone 2: Primer contacto

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A estas alturas poco queda por decir sobre Killzone 2 que no se haya dicho ya. Ahora mismo es uno de los títulos que podría ayudar a repuntar la PlayStation 3; el juego hace literalmente años que se espera, y estamos hartos de imagenes, trailers, vídeos y demás, como también hemos quedado hartos de que intenten tomarnos el pelo. Ha sido precisamente con Killzone 2 con el que se les ha visto el plumero en más de una ocasión a los manipuladores de imagenes y maestros del Photoshop. Pero esto se acabó.

Ahora la demo ya está al alcance de cualquier usuario de la consola de Sony y es el momento de saber si es tanto como se ha hypeado, si el título es tan bueno como nos han intentado inculcar, y si la espera -insisto, de años- ha valido o no la pena…


Directa, pura y simplemente, . Killzone 2 es casi como nos lo imaginamos, casi como nos dijeron. Es una experiéncia de juego intensa, inmersiva, contundente y apasionante. Y ojo, que solamente estamos delante de la demo. La buena factura técnica choca de frente con la sencillez y mecanización del juego, que no es mas que un shooter en primera persona sin la mas mínima complicación. Avanza, dispara, cúbrete, y vuelve a empezar. Luego, ¿donde está la esencia de Killzone 2?

Pues está en la propia naturaleza del título. Está en que los enemigos piensan, improvisan, reaccionan y no dan tregua. Está en como se mueven y como se mueren. Está en la atmosfera agobiante con efectos lumínicos brutales, una ambientación que pocas veces se ha visto en un videojuego, un realismo que casi ningún título le hace sombra y todo ello, con todo lujo de detalles y con un ritmo sin el mas mínimo corte ni ralentización -excepto en las micro pausas de carga- bajo una banda sonora épica. Killzone 2 tiene un acabado técnico global ahora mismo imbatible.

Pero Killzone 2, tiene también, al menos en la demo -y casi damos por sentado que en el juego final la cosa será exactamente igual- cosas discutibles. Por ejemplo, las acciones y caminos a seguir están prefijados y son cerrados, y todo se centra en disparar y avanzar, siguiendo la filosofía de la mayoría de shooters. A este aspecto se le suma el hecho de que hay ciertas combinaciones de manejo que no son muy usuales, lo que implica que puede costar hacerse con el control del personaje nada más empezar.

Finalmente tenemos esa sensación de deja-vú que aparece demasiado a menudo en ciertos aspectos, esa ausencia casi total de desmembramientos de los enemigos, y sobretodo, y la falsa esperanza que de que estemos ante el juego cuando en realidad, lo mas probable es que estemos ante un gran juego que ha sobrevivido por los pelos a su propio hype y que será un referente del género, al menos durante los próximos meses.

Killzone 2 pasará a la historia probablemente como uno de los mejores títulos de este año, a pesar de que en el fondo no tiene nada realmente novedoso ni nunca visto en un FPS. En algunos puntos cabría esperar algo más, pero dudo muy mucho de que alguien salga defraudado de la demo.