Sony es de aquellas compañías que en los útlimos años es difícil cogerle el ritmo. Hace no demasiados años estaba en la cresta de la ola del mundo del videojuego, y su gestión de los últimos tiempos, con algunos desafortunados puntos clave, la han hecho tambalear hasta los cimientos. Ahora parece que va recuperando el buen camino, sin prisa y sin pausa pero … ¿tanta pausa?
Evidentemente de un día para otro ninguna compañía puede sacarse de la manga ninguna bomba para batir a su competencia. Evidentemente, si no has sabido guardar tu gran secreto hasta casi el momento de anunciarlo, pierdes mucha ventaja. Pero si además tu conferencia pasa por recordar lo que ya está anunciado -y que has vuelto a mostrar y superar lo ya visto-, insistir en que recuperarás el trono, y algún que otro nuevo anuncio… ¿que queda que sea rompedor?
Da la sensación de que Sony se encuentra cómoda en su postura de avanzar en pasos muy pequeños y seguros, y a la vez muy lentamente. Por todos es sabido que no es momento de arriesgar en un momento que la compañía está saneando cuentas, pero es que ni siquiera ha mentado grandes títulos -o muy esperanzadores- previstos para este año, o han pasado fugazmente en plan seguimos en ello pero sin desvelar nada nuevo, ni fechas de lanzamiento previstas.
Sony sigue asegurando que es el gigante que manda. Bajo mi punto de vista, es el gigante tranquilo, tal vez demasiado. Tal vez es el gigante durmiente y nos sorprende en breve, quien sabe…
