La Federación de Software Interactivo de Europa (ISFE) ha anunciado que la ciudad de Viena ha decidido tomar medidas para controlar la venta de videojuegos a menores a través del código PEGI. A partir de enero de 2008, en la ciudad austríaca sólo se podrán vender videojuegos acordes con la edad del comprador. Es decir, estará prohibido vender un juego para mayores de 18 años a un menor.
Esta decisión ha sido consensuada con ÖVUS, la Asociación de Software de Entretenimiento de Austria, y apoyada por la ISFE, institución creadora del sistema PEGI, vigente en 30 países europeos.
A mí no me parece una mala solución (aunque imagino que a los menores de 18 sí). Si de verdad se controla el acceso de menores a determinados productos las críticas contra los videojuegos violentos y la censura de determinados títulos dejaría de tener razón de ser.
(vía: Gamasutra)